Este número de la revista debe haber sido el único y último ejemplar que sobrevivió en Santiago, la encontré hace poco en el centro husmeando por ahí entre numerosos libros. Lo cierto es que Mutantia fue para su tiempo (entre 1980 y 1987) una gran revista argentina de orientación eco-espiritual publicada por el poeta Miguel Grinberg en Buenos Aires. Se ofreció durante esa década como un experimento de comunicación comunitaria transformadora. Promovió el funcionamiento de la Multiversidad de Buenos Aires, iniciativa no gubernamental dedicada a las prácticas pedagógicas independientes.
"Todos escuchamos que un millón de monos aporreando un millón de
máquinas de escribir eventualmente reproducirían las obras de Shakespeare.
Ahora, gracias a la Internet, sabemos que no es cierto."
Robert Wilensky
Fragmento de un artículo de Grinberg publicado en la histórica revista:
De pronto, imperceptiblemente, una evidencia se planta en nuestras almas. No nos avergüenza, ni nos desconcierta. Trae consigo claves interminables, ricas en significados y en posibilidades. En tales momentos, uno capta la unicidad del Universo y la realidad de sí mismo en tal contexto. Se percibe la exacta correlación de los seres y de las cosas de este mundo. Todo ello produce una enorme confianza. Y sin embargo al mismo tiempo, un particular temblor se apodera de nosotros, porque esa felicidad repentina que da el saberse a tono con la Creación, enseguida comienza a diluirse, se fuga sin que podamos retenerla.
¿Qué nos sucede? Hay otros acontecimientos en el mundo. El escenario humano está más allá de la plenitud que nos ha visitado pasajeramente. Con noticias nefastas: invasiones, guerras, asesinatos, violaciones, niños maltratados por millones, tortura, radiación. Todo ello sinónimo de una violencia para la cual no hay santuarios.
Tropezamos un poco en la confusión, y después, nuevamente nos aplicamos a reconstruir la visión inicial, el artesanato de la confianza.
No es tarea sencilla. Se lleva a cabo a pesar de todo. Porque en la práctica pertenecemos a las generaciones que desde 1945 han estado por un lado desenvolviendo su potencial genético, y por otro haciendo denodados esfuerzos para sobrevivir a calamidades de signo apocalíptico.
Durante medio siglo hemos adherido a variadas formas del pacifismo y de la no-violencia, ante la mirada socarrona de los positivistas y los istas políticos (capitalistas, comunistas, nazifascistas, colonialistas) preocupados únicamente por la cotización de los armamentos.
Pero llega 1980 y asi como los medios de comunicación social (diarios, revistas, radio y TV) aturden al ciudadano con malas noticias y futilidades, asi se ha ido estableciendo una red mundial de buena gente dedicada a una buena causa: la reconciliación del ser humano consigo mismo, con sus semejantes y con el Universo.
