Los buenos momentos quedan grabados para siempre… el valor de la amistad queda siempre arraigada en los corazones y eso no se puede remplazar por otra cosa que no sea por el afecto.
El domingo en casa de Alberto Tasso cada instante vivido parecía convertirse en algo eterno…una inolvidable despedida al amigo Emmanuel Cruz (“Emañuco” para Sapo) nos hizo descubrir el verdadero sentido de la hermandad…verdaderos momentos en que la insospechable fuerza natural del espíritu nos unía través de la música, la alegría y las palabras que sin querer se convertían en poesía que nos conmovían.
El calor del diálogo -de los tacos y el tequila también por cierto- nos hacía sentir bien… como si todos de pronto nos conociéramos desde hace años. Qué bueno que esas cosas pasen, pero eso pasa porque nada es casual -como bien lo decía el “profe” Ramallo- son esas ocasiones especiales en la que los gestos mas simples son lo que mas valen en cada momento.
Y es que simplemente, este chango (que ya es santiagueño) nos hizo realmente despertar admiración por su buena onda, y por su profunda intención respetuosa en descubrir aspectos propios de nuestra cultura, tan diferente a la suya pero que sin embargo parecieran reconocerse en el calor de sus gentes, en sus lenguajes y en sus cotidianidades.
Aunque las impresiones nos hagan dudar… hay que conservar la gratitud de compartir la vida con alegría y siempre predisponernos a encontrar buenos amigos.
Ya no tengo ninguna duda…Santiago enamora… y no me importa si a mi pago lo estropean criticando de su paisajes, de que si somos vagos, dormilones y tapa de los medios nacionales por cuestiones siempre trágicas… No Basta!
Que quieres que les diga pero la verdad que me enorgullece sentirme parte de esta tierra, ojala seamos siempre así de calidos y bondadosos con todos los hermanos del mundo que quieran visitarnos. Quizás algunos aun no entiendan, pero lo bueno de cada lugar esta en su gente. Un abrazo y hasta la próxima
