27/12/08

La contaminación sigue creciendo. Algo debemos hacer

Imagen del Canal DP 2, acceso al Embalse de Termas de Río Hondo.
Hace poco la Secretaria de Minería de la Nación emitió un informe sobre las posibles consecuencias que ocasionarían para el medio ambiente la radicación de la minera Agua Rica en la provincia de Catamarca, emprendimiento donde según estudios sería en dimensiones tres veces más grande que la minera La Alumbrera. Hay que recordar que el cambio en la legislación minera en nuestro país allá por los años ’90, ha facilitado la concreción de mayores inversiones en explotaciones mineras. Hoy en día podríamos decir que esto generó un ámbito muy favorable para el afianzamiento de este tipo de emprendimientos.

Concientes de esta dolorosa problemática ambiental para nuestra región, el Premio Noble de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, pidió “que se invite a representantes de la sociedad civil y a los pueblos que se verían afectados por el proyecto Agua Rica, tales como los miembros de las asambleas de autoconvocados, para que puedan participar efectivamente en las decisiones y puedan elegir qué uso y manejo de los recursos naturales estén más en acuerdo con la forma de vida por la que optan”.
Parte del informe del organismo nacional señala que la explotación del yacimiento “afectará aproximadamente 19 km² de la vegetación natural, provocando la pérdida localizada de hábitats y consecuente mortalidad de individuos”, además de esto también se verá afectada la fauna del lugar, provocando la emigración de aves y grandes mamíferos hacia áreas circundantes. La pérdida de hábitats produciría un mayor impacto en las especies de menor tamaño poblacional, las más selectivas de hábitat y las de menor capacidad de dispersión como es la microfauna asociada al suelo, roedores y reptiles, que habitan en refugios subterráneos y/o que se ven imposibilitadas de emigrar”.

Lo cierto es que a pesar del fuerte rechazo de los ambientalistas de la región, un nuevo proyecto minero se gesta en Catamarca, y descargaría sus desechos en el canal pluvial DP2 que desemboca en las aguas del embalse Río Hondo. Más allá de que las empresas aseguren manejar avanzadas técnicas de cuidado ambiental, ha quedado demostrada (como pasa actualmente con la contaminación de la Cuenca Salí-Dulce) la incapacidad de las industrias y los gobiernos en proteger el medio ambiente y la salud pública frente a este tipo de emprendimientos.
Según se estima, esta mina a cielo abierto comenzaría a trabajar en el 2011, para extraer oro, cobre y molibdeno. El yacimiento está enclavado al norte de Andalgalá, a 200 kilómetros de la capital catamarqueña. Según estudios de la empresa, el emprendimiento tendría una vida útil de 24 años.

Fuente: http://www.noalamina.org

Si de algo nos sirve pelear para que la contaminación en nuestra región no sea aún mayor de lo que es, será importante entonces que sumemos nuestras firmas para la Campaña Nacional de Firmas por el NO a la Minería Química a Cielo Abierto y la Minería Nuclear en todas sus formas. Puedes entrar aquí e informarte del proyecto:

http://petitorio.noalamina.org/
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