1/8/09

La pobreza se merece un reparo histórico


Para hablar de la pobreza hay que ser fuerte y realista. Ni las políticas más progresistas pueden con ellos porque no se los contempla. No se puede obviar lo que ocurre delante de nosotros. Por ahí se escucha que la discusión por el Bicentenario de la Revolución de Mayo nos debería volver a unir para discutir que tipo de país queremos los argentinos. Seguro, todos ansiamos un país distinto. La verdad nos conmueve y nos desnuda esa otra realidad que muchas veces no queremos ver. ¿Quien de todos nosotros se asoma desinteresadamente a ver como viven y a tenderles una mano en lo que necesitan? Seguramente, no son pocos los que hacen algo por ellos, aunque sea para paliar un mal momento pasajero que inevitablemente volverá a repetirse.
La pobreza material nos revela un país injusto. El mundo que no pueden conquistar les cala hondo porque son herederos de una cultura de vida que no eligieron. El sistema que lo utilizó fue tan cruel que los olvidaron del mapa. Les mienten cuando les prometen que algo harán por ellos para cambiar sus vidas, y aparecen planes sociales que intentan paliar su situación pero no les sirve para erradicar sus condiciones de vida precaria. Ya les hablaron de la crisis mundial y otros términos muy técnicos les decía que la cosa estaba jodida pero que vamos por el camino de la recuperación. No faltó la promesa laboral, ese jugoso sueño que los desvela y que en algún momento llegaría para reparar la angustia de la pobreza. Ellos creyeron en esa palabra y apostándole a la suerte también dijeron: “…ojala que éste tampoco nos venga macanear…” Al cabo de unos días, no supieron que hacer cuando se les acabó el bolsín de mercadería y tuvieron que volver a mendigar por las calles de la ciudad, y sus vidas forzosamente volvieron a ser las mismas de antes. Allí están delante de nosotros revolviendo los desperdicios de las sociedades bien nutridas. “Pobrecitos, mira como andan y encima se comen lo que tiramos a la calle para que se las lleve el basurero…” dice sorprendida la doña y después se mete adentro.

Entre medio de las lonas, maderas, bolsas y chapas también se acuna el tímido deseo de un país mejor con igualdad de oportunidades para todos. Los excluidos sociales merecen estar incluidos en esta necesaria discusión de un reparo histórico para sacar a los pobres de la miseria. Los políticos deben volver a transitar por los barrios todas las veces que sea necesario y escuchar el pedido de su gente. Ojala que lo que digo sea tan fácil de hacer del mismo modo en que se trabaja para conseguir votos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una pregunta, la foto es actual? que lugar de santiago es? Saludos
Alejandro

Omar dijo...

No se de que lugar es la foto y no se si es de Santiago... me parecio muy ilustrativa y la subi...nada mas. Saludos

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